Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1869-1871 (Cortes Constituyentes de 1869 a 1871)
Sesión: 21 de junio de 1870
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. López Botas, al Sr. Abarzuza
Número y páginas del Diario de Sesiones: 311, 9.024, 9.025
Tema: Españoles detenidos en Marruecos

El Sr. Ministro de ESTADO (Sagasta): Es sin duda muy laudable el objeto que ha motivado al Sr. López Botas a presentar la proposición de que ha resultado este proyecto. S.S. me habló de este asunto antes de presentar esta proposición, y no me opuse a ella: en primer lugar, porque yo creí que sólo se proponía traer este asunto al debate; y en segundo lugar, porque yo llevo hasta el extremo mi respeto a la iniciativa de los. Sres. Diputados. Pero la verdad es lo que ha dicho el Sr. Díaz Quintero: es inútil este proyecto, es inusitado, y yo creí que no hubiera llegado el caso de que aquella proposición se convirtiera en este proyecto.

Cuando yo entré en el Ministerio de Estado, me encontré con ese asunto que ha dado lugar a un expediente muy voluminoso: ese expediente vino al Congreso a petición del Sr. López Botas, y de ese expediente ha resultado la proposición que S. S. apoyó y que autorizada por las elecciones, se ha convertido en este proyecto, que, como ya ha dicho, confirmando las indicaciones del Sr. Díaz Quintero, es completamente inútil o inusitado. Porque una de dos: o el Gobierno tiene medios para sacar a esos españoles de la situación en que se hallan, o no los tiene. Si los tiene, no hace falta este proyecto; si no los tiene, el proyecto no se los ha de dar.

Sobre esta cuestión yo tendría que molestar mucho tiempo la atención del Congreso. El Sr. López Botas, que ha visto el expediente, se habrá enterado de las dificultades que el Sultán de Marruecos tiene para hacerse obedecer de algunos jefes que se han sublevado contra él; y precisamente en el tratado de comercio que se hizo con el imperio de Marruecos se ha reservado el Sultán el no comprometerse respecto de los territorios en que gobiernan esos jefes. Con esos jefes trataron esos españoles, y al tratar con ellos, ya sabían los peligros a que se exponían, ya sabían que estaban expuestos a que el Sultán no pudiera remediar cualquier abuso que pudiera tener lugar. Esos españoles, sin embargo, fueron allí, y emprendieron el negocio que allí les llevaba, hasta contra la voluntad del representante de España; trataron con aquellos jefes acerca de la manera de emprender cierta clase de comercio, y hoy esos españoles están cautivos, porque suponen los jefes que con ellos contrataron que no han cumplido los compromisos que contrajeron, y por virtud de los cuales se construyeron algunos edificios y establecimientos en la costa de África a fin de facilitar el desembarco. Esos españoles debían llevar el comercio a aquella parte de África, y no pueden tener ni siquiera la simpatía que merece el que se propone extender nuestro comercio, porque es el comercio inglés el que se proponían llevar a aquella parte del África. Pues bien, el resultado de todo esto es que esos jefes han dicho a los españoles: " No habéis cumplido los compromisos que con nosotros contrajisteis, y os retengo cautivos hasta que paguéis el rescate. "

De aquí resulta que esos españoles trataron amistosa mente con esos jefes, que si bien son dependientes de Marruecos, no quieren reconocer la autoridad del Sultán; Por consiguiente, el Gobierno español no puede reconocerles tampoco, porque no constituyen una potencia con la cual tenga relación alguna. Por esto ha acudido al Sultán; éste ha hecho cuanto ha podido; pero como no consigue someterles a la obediencia, no ha podido lograr que los insurrectos cumplan sus órdenes, y retienen todavía rasos a aquellos españoles.

Uno de los jefes de aquel territorio ha venido a España a tratar con la familia de alguno de los presos, y entonces se la ha dicho: " Vaya Vd. a ver al representante de España en Marruecos; entiéndase Vd. con él, que él verá la manera de salvar a los prisioneros;" pero no ha habido medio de que el jefe se preste a esto, sino que quiere entenderse directamente con el Gobierno español como de potencia a potencia; pero el Gobierno no puede reconocerle ni tratar con él como si fuera representante la un Gobierno independiente.

Por lo demás, si los españoles de que se trata han sido presos con razón o sin ella, eso no lo sé, porque ignoro las leyes de aquel país, como estoy seguro las ignora el Sr. López Botas. Lo que sé es que esos jefes dicen que los españoles cautivos les deben dinero, y que no los ponen en libertad mientras no les paguen, porque si los envían a España se quedan ellos sin cobrar.

Pues bien, esos españoles ¿deben o no deben el dinero que les piden? Si lo deben, la familia no tiene que hacer más que pagar: ¿o es que quiere que el Gobierno español dé la cantidad que se les reclama? Ya comprenden los señores Diputados que no puede hacer esto el Gobierno. ¿Es que la familia quiere que se rescate a esos españoles por medio de la fuerza? Tampoco tiene obligación de hacerlo si efectivamente deben la cantidad que se pide; porque la verdad es que se hallan presos por una deuda que el Gobierno no sabe si es o no legítima, eso deben saberlo las familias de los interesados, y por lo tanto, entregando la suma a que ascienda, serán puestos en libertad, como desean.

A pesar de esto, tanto el Gobierno actual como los anteriores han hecho cuanto les era posible: nuestro representante en Marruecos ha gestionado también; el Sultán de Marruecos ha procurado asimismo por su parte que salgan esos españoles de su cautiverio; pero siempre ha mediado la cantidad que hay que abonar y que reclaman los jefes de esa parte del territorio de África con quienes nada tiene que ver el Gobierno español.

Si no es cierto que esos españoles deban la cantidad que se exige por su rescate, la familia puede entenderse directamente con los jefes de aquel territorio y pedirles las cuentas oportunas; discútalas con ellos, y una vez discutidas y aprobadas, pague lo que deba; y entonces vendrán a España sus parientes, y quedará concluida la cuestión.

Aquí se trata de una de estas dos cosas: o que el Gobierno español dé la cantidad que piden esos jefes, que bien pudiera ser que no los tengan presos a esos españoles, sino que sea una manera de conseguir el lucro que se esperaban al ir a comerciar con un país a donde no debían ir, al menos sin exponerse al peligro que han corrido, o que el Gobierno español tenga que reconocer la independencia de esos jefes contra el Sultán, y en este caso tal vez ganaran honra, prez y quizás provecho esos españoles que hubieran contribuido a que el Gobierno hiciera una cosa que el Sr. López Botas comprendo que no puede hacerse.

Mis dignos antecesores, y yo mismo, lo hemos manifestado [9.024] a la familia, que no tiene más remedio sino mandar un apersona que se entienda con nuestro representante allí; que examine las cuentas que presenten esos jefes, y que ellos paguen la cantidad que dicen adeudan, y por la cual les tienen presos. Esta es la mejor manera de arreglar este asunto; y el Gobierno ha ofrecido al representante de esa familia todos los salvo conductos imaginables, garantizándole la seguridad y hasta su vida para que vaya a Marruecos, y nuestro representante lo ponga en relación con el Ministro de Negocios extranjeros, o el del Interior, para que vea la manera de poder arreglar este asunto.

Porque, señores, acceder a las pretensiones de la familia, que constan en el expediente y que podrán verlos Sres. Diputados, me parece que es una cosa que no puede hacerse; porque ni la España tiene por qué dar una cantidad por el rescate de unas españoles que están presos, según se dice, por no haber cumplido con sus compromisos, ni tampoco es posible apelar a al violencia; porque como aquel país está desierto, y sólo viven en caravana, las tropas que, mandásemos allí nada conseguirían, en razón a que, según fueran entrando los moros se irían retirando con sus casas.

Por esto repito que no hay más remedio sino que vaya el representante de esa familia a tratar directamente en Maruecos del asunto, para lo cual, repito, el Gobierno no responde de su seguridad y de su vida, sin temor de que no se le deje volver a su país después de haber examinado los motivos que tenían esos jefes para acceder a detener a esos españoles y los motivos que tenían estos para insurreccionarse contra el Sultán. ¿ Pude hacer más el Gobierno español? Yo creo que no puede haber más de una manera digna y sin que nos expongamos a ser víctimas o instrumentos, no diré en este caso, pero sí en otros análogos, de un comercio lícito y de una especie de contrabando de que hasta ahora no ha habido noticia en este país.



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